Por Salvador del Hoyo Bramasco

Al iniciar la semana que acaba de concluir, fuimos testigos de un fenómeno natural de enormes dimensiones que devastó el puerto de Acapulco, Guerrero y pueblos cercanos. El huracán «Otis», de categoría 5 (en la escala Saffir-Simpson, la más alta), arrasó con todo a su paso.

Fue precisamente el pasado miércoles 25 de octubre, este impresionante fenómeno tocó tierra, poco después de las 12 de la noche. Estaba pronosticado que llegaría ya muy de madrugada, pero se adelantó, al igual que fue tomando fuerza, de tormenta tropical a huracán 5 en 12 horas (algo poco común).

La noche anterior se celebraba la XXXV Convención Internacional de Minería en uno de los hoteles más lujosos de la bahía. La alerta no impidió que comenzara este importante evento, en el que participó el gobernador de Zacatecas, David Monreal, junto con un equipo de trabajo, incluido Rodrigo Castañeda, secretario de economía.

También empresarios de diversas áreas ligadas a la minería de nuestra entidad, estuvieron presentes en la convención. Al igual, dos grupos de estudiantes de la carrera de Minas, de la UAZ.

La presencia de las fuertes ráfagas de vientos, provocadas por el enorme meteoro, provocaron que todos los participantes se fueran a los diversos hoteles donde estaban hospedados.

La mayoría de los asistentes, ya resguardados en sus habitaciones, sufrieron el embate del huracán. Muchos tuvieron que resguardarse, principalmente, en los baños. Sufrieron una terrible pesadilla sin poder, siquiera, cerrar los ojos para dormir. Así les amaneció.

Precisamente uno de los zacatecanos que vivió esas horas terribles, fue nuestro colaborador, Raymundo Ceja, quien participaba en esa convención para ofrecer los servicios de su empresa y lograr nuevos clientes. Fue aterrador lo que vivió.

Nos contó su testimonio en Más Noticias por la Mañana. Sufrió los fuertes vientos en su habitación de hotel -que también fue dañada- y logró abandonarla ya por la mañana, cuando habían pasado los terribles efectos de «Otis». Fue así como él, junto con algunos colaboradores, vivieron una experiencia difícil de olvidar: sobrevivieron a un huracán categoría 5, catastrófico.

Por fortuna todos regresaron a Zacatecas, sanos y salvos.