
GUADALAJARA, JAL. En medio de un discreto dispositivo de seguridad y con el mayor de los sigilos, el narcotraficante conocido en los años ochentas Rafael Caro Quintero dejó la madrugada de este viernes el penal Estatal de Puente Grande, después de permanecer recluido cerca de tres décadas, acusado del secuestro y asesinato de Enrique Camarena Salazar, y de un agente de la agencia antidrogas estadunidense, DEA, y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar en febrero de 1985.
Esta tarde el Procurador General de la República Jesús Murillo Karam manifestó su absoluto respeto a las decisiones del Poder Judicial, no obstante expresó su preocupación ante las resoluciones dictadas por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito en el estado de Jalisco y el Segundo Tribunal Unitario del mismo circuito, que permitieron dejar en inmediata libertad al señor Rafael Caro Quintero.
El Procurador sostuvo que el Primer Tribunal Colegiado ignoró por completo el reciente criterio sostenido apenas en marzo pasado, por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pues ordenó a una autoridad que éste consideró incompetente por razón de fuero, que sobreseyera las causas penales seguidas en contra de Caro Quintero, dejándolo en libertad, cuando que de haber aplicado el criterio de la Corte, debió haber remitido el expediente al juez que estimara competente para que conociera del juicio, pues de la manera en que sucedió, produce la absolución sin juicio por un juez que el mismo Tribunal consideró incompetente.
El Procurador ordenó analizar la interposición de los recursos que en términos de la ley sean procedentes, en razón de la gravedad de los delitos de privación ilegal de la libertad y homicidio calificado entre otros, cuyas víctimas todavía reclaman justicia.
Rafael Caro Quintero empezó su carrera dentro del narcotráfico en la década de los setenta cuando él y otros, incluyendo Juan José Esparragoza Moreno (alias “El Azul”), formaron el cártel de drogas de Guadalajara y amasaron una fortuna ilícita.
Caro Quintero fue capturado y procesado en México por ser el autor intelectual del secuestro y asesinato del Agente Especial Enrique Camarena, de la Agencia Antidrogas (DEA), donde purga una pena de 40 años, sin embargo era investigado en el Distrito Central de California, Estados Unidos, por cargos relacionados al secuestro y asesinato del Agente y por tráfico de drogas.