Con respeto y admiración
para el compañero y amigo Osvaldo Martínez.
Quien a sabido imponer nuevos retos al de la voz.
Por: Ricardo REYES.
Zacatecas, Zac.- Siendo breves con la crónica y cambiando lo antes escrito, nos llegó a la cabeza lo acontecido en la segunda corrida de feria en el transcurso de la plaza a esta humilde oficina.
Vimos ante la afición a la más bella de todas las fiestas, unos Toros con mucho trapío a la hora de salir de los chiqueros, bellos de estampa de la ganadería zacatecana de Valparaíso, del mero campo de estas hermosas tierras.
Al ver salir a los Toros imaginamos que todo iba a salir de maravilla ante los tres espadas que actuaron está tarde bajo un cielo completamente encapotado; en primera estancia el capitalino Nacho Garibay que cubrió a Sergio Flores, herido en días pasados en San Luis Potosí y quien se encuentra en recuperación.
Garibay era una buena tercia para estar junto a los espadas hidrocálidos: Arturo Macías el popular “Cejas”, y Arturo Saldívar.
Había Toros y Toreros, todo para ser una tarde inolvidable… y lo fue, en el sentido que los toros, no embistieron como era de esperar.
…Al menos los cuatro primeros, con mucho trapío y buenos en kilos ya que rodaban en los 480 kilos. Todo quedo ahí, los astados atornillados en el ruedo, distraídos, -bueno, en todo estaban menos en la lidia.
Pesamos que todo quedaba ahí, había gente bostezando en los tendidos, reporteros gráficos y camarógrafos, platicando de otras situaciones, en fin, que no daba para más.
Una vez llegado el turno “del Cejas”, en su segundo de la tarde de nombre «Soñador» y 482 kilos, las cosas cambiaron por completo, dando un giro de 180 grados ya que el hidrocálido, saco la casta torera, esa que solo traen los que quieren salir adelante; sin más el rostro del espada, cambio en milésimas de segundos, su mirada se volvió dura y desafiante, como retando a alguien en los tendidos de sol numerado que reclamaba que no se arrimara ante un morlaco carente de raza. (Por más que buscamos al aguerrido aficionado chalado que se metió con el matador, no lo encontramos). Pero eso no importo a estas alturas ya que “El cejas” le puso literalmente el cascabel al gato, arrancando los anhelados oles en los tendidos de la Monumental, despertó a la afición, despertó a los reporteros gráficos, despertó a los camarógrafos y sobre todo, despertó esas ganas de seguir asistiendo a la plaza de Toros… Algo muy importante: Despertó a sus alternantes ya que después de un fenomenal espadazo, y despachar a su enemigo, no le quedó otra a Arturo Saldívar, el tercer alternante, más que arrimarse…
Saldívar, Otro Matador de Toros Hidrocálido, se quedó inmóvil ante las embestidas de su segundo de nombre emblemático para los zacatecanos “Patrocinio” con 500 kilos en carnes. Saldívar, se creció ante la faena de su paisano, ya que salió a entregarse ¡Todo! Y así sucedió, no se dejó de su alterante.
En fin, que estos dos espadas le dieron ese sabor a la segunda corrida de Toros donde todo iba por el sendero del aburrimiento y salió a la mexicana… De menos, a más.
Seguros estamos de haber más espadas como «El Cejas», la gente volvería a las plazas.
Una oreja para cada hidrocalido.






