-Ese hospital es muy caro, déjame morir
-A un que pida limosna pero no te voy a dejar que mueras
El Sr. Manuel Medrano Zuñiga de 45 años de edad, llego el pasado miércoles 29 de abril al hospital general de Zacatecas de su natal Sombrerete, presentaba un fuerte cuadro de la vesícula dañada, ulceras varicosas, y otros males por lo que el sangrado era abundante por nariz y el ano.
La espera en el hospital general fue de un poco más de una hora a pesar del sangrado que presentaba, ningún médico o enfermera lo atendió; un alma compasiva se acercó a ellos para recomendarles que se fueran al hospital San José además de darles algo de dinero para el taxi.
Al llegar al H. San José don Manuel le comento a su esposa: «ese hospital es muy caro, mejor déjame morir», la esposa le contesto «a un que pida limosna pero no voy a dejar que mueras…»
Don Manuel y su esposa de nombre María Guadalupe Silva de 41 años, llegaron al centro hospitalario donde se le diagnóstico, ulceras varicosas, vesícula dañada, además del vaso crecido.
De inmediato don Manuel fue atendido y el sangrado controlado, hoy en día, su estado ha mejorado.
Su esposa que no se ha separado de su lecho afirma que cuentan con el seguro popular, aun así, no fue atendido en el hospital general, la espera fue larga, “sentía que me vaciaba, estaba a punto de pedirle a mi esposa que me dejara morir, que estaba a punto de darme por vencido, no podía más.” Relata el humilde jornalero dedicado a las labores del campo. En su natal ejido la Independencia ubicado en Sombrerete.
Sin embargo los gastos en el centro hospitalario San José, hasta el momento, hacienden a 25 mil pesos, desconocen de donde van a sacar esa cantidad para pagar tal adeudo. La preocupación ahora, es otra, es la del dinero para liquidar las atenciones médicas que le salvaron la vida.
Manuel Medrano Zuñiga se encuentra internado en el cuarto número uno del hospital San José. El y su esposa, han sobrevivido estos días, de la solidaridad de algunos familiares de pacientes ya que les proporcionan alimento y bebida además de algunas prendas para vestir.
Alguien les recomendó que asistieran a la oficina de Patrimonio de la Beneficencia Publica ubicada en ciudad administrativa, edificio G. o bien, a las oficinas del DIF.
Lo cierto que un prójimo requiere de la ayuda de la sociedad.
La fiel esposa María Guadalupe Silva, comenta que no dejaría morir a su compañero de toda la vida con el que ha procreado dos hijos, los mismos que se encuentran en su comunidad, “no permitimos que vengan ya que ese gasto que van a hacer que sea para pagar los gastos medicos”, comento con voz entrecortada la señora María Guadalupe.
Fotos. Adriana de Ávila.