Ciudad de México.- “Me voy muy satisfecho por el cariño de muchos mexicanos, mujeres, hombres, cosa que agradezco de todo corazón. Me dediqué a servir al pueblo”.
Así lo dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador al encabezar la última conferencia de prensa matutina de su mandato, donde reafirmó el orgullo de haber atendido y respetado a todos, con preferencia a los más necesitados, a partir de la máxima de que, por el bien de todos, primero los pobres.
“No sólo fue un lema; se convirtió en una realidad porque logramos —y ese es otro timbre de orgullo— reducir la pobreza y la desigualad en nuestro país.”
Puntualizó que, aun a pesar de la pandemia, la nación se levantó y recuperó el crecimiento económico. Mejoraron las condiciones de vida y de trabajo de la mayoría de los mexicanos, ya que la riqueza se distribuyó a todos con justicia, aumentó el salario como no sucedía en décadas, no se permitió la corrupción y no hubo lujos en el gobierno.
Tras ratificar que se retira contento porque mañana entrega la banda presidencial a Claudia Sheinbaum Pardo, una mujer humanista, excepcional, llena de amor, humildad y buenos sentimientos, agregó:
“Me siento muy satisfecho por el trato de la presidenta hacia mí: respetuoso hasta el final, lo que demuestra su gran condición humana. Cualquier otro acomplejado, hombre o mujer, lo primero que hubiese hecho es negarme o empezar con indirectas, cuestionar lo que hemos conseguido entre todos para diferenciarse, pintar su raya, o con golpes espectaculares —sí se acuerdan, ¿no?, en la historia de las sucesiones— para que la gente diga: Ahora sí viene el cambio.”