Zacatecas, Zac.- Con el propósito de que el aprendizaje y la convivencia entre los niños y las niñas que asisten a los talleres de verano, coordinados por el Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) “Ramón López Velarde”, a través del Programa “Alas y Raíces”, sean significativos, este año albergan la temática del mundo Maya.
Así, los participantes, a través del Teatro, las Artes Plásticas, la Literatura y la Música, además de conocer la cosmogonía de esta milenaria civilización, se divierten con el aprendizaje y rescate de lo que para ellos resulta una novedad, sobre todo en la disciplina musical.
Dicho Taller es dirigido por Carlos Candelario Beltrán y Guadalupe Revilla Oregón, músicos de formación y quienes desde hace algunos años han sido los instructores de esta modalidad artística.
Los titulares, mediante algunos ejercicios, familiarizan a los niños con varias dinámicas como “ejercicio Pinocho” para su respiración, el “ejercicio Peter Pan” para el oído, así como el de la vocalización que les permitirá entonar melodías en dialecto maya, con las que no sólo, a través de la repetición y pronunciación cantan, sino que son explicadas previamente.
El material musical de este año, implicando nuevos retos para los titulares, y debido a que no existe mucha evidencia de los sonidos mayas, fue tomado del libro La canción mexicana de Vicente T. Mendoza y de la revista Nuevos escritos musicales de Manuel M. Ponce, publicada en México en 1948, concretándose en dos melodías en maya, que son enseñadas a los niños.
“La dinámica de trabajo es la fusión entre la parte rítmica y la melódica”, señaló Carlos Candelario al hacer mención del trabajo donde, en conjunto con el área de Artes Plásticas, a cada niño se le enseñará a crear percusiones como tambores, sonajas y palos de lluvia, con la finalidad de que se involucren en este proceso que implica la ejecución.
El instructor de música también aludió a que “año con año los talleres de verano nos imponen retos como el de recrear panoramas sobre La Revolución, Cri-Cri y este año los mayas a quienes, musicalmente, trabajamos a partir del oído, la repetición y el texto”.
Todo ello, integrándolo para dar como resultado lo que al concluir el taller es presentado ante sus padres e invitados, dando muestra de que la música y el arte, además de la historia, son los principales motores con los que un niño debe mantener una complicidad para su formación no sólo académica.